Con el cambio de ciclo de esta primavera, los viñedos vuelven a respirar
Hace varias añadas que la situación climatológica extrema no daba tregua. Han sido más de tres años y medio consecutivos con una sequía sin precedentes, con pluviometrías situadas alrededor del 50% de lo habitual en la finca Nadal y en la región vitivinícola del Penedès. Por suerte, hoy xx de julio de 2024, y después de las lluvias suaves y continuadas de estos últimos meses, podemos afirmar que en la finca Nadal continuaremos practicando la viticultura de secano, aquella que no necesita más que el agua de lluvia para madurar bien las uvas.
Y es que la climatología ha generado un estrés hídrico por las cepas que en muchos momentos nos ha hecho pensar que la viticultura de secano en el Penedès, la más sostenible y que sabe poner mejor de relieve la huella climática en cada añada, había llegado a su fin. De hecho, esta sequía no sólo ha disminuido drásticamente la producción en los últimos años, sino que algunos campesinos se han encontrado en la situación inédita e insólita de que se mueran cepas prematuramente debido a la falta de agua.
La buena noticia es que la climatología de los últimos meses ha brindado un respiro a unas tierras muy castigadas. De enero a junio de este año, se han recogido en nuestra finca 273 litros de lluvia de baja intensidad que permite impregnar bien el suelo y no perder prácticamente ni un litro de agua. Este dato supera la media habitual de la época, que es de 236 litros.
Además, las temperaturas primaverales han estado ligeramente por debajo de la media de los últimos 25 años, minimizando la evaporación y favoreciendo un lento crecimiento de la vegetación. Unos datos excelentes que contrastan con unos últimos años de lluvias muy escasas y a menudo demasiado intensas, especialmente en los otoños, que es cuando se debe acumular una reserva de agua en el suelo que permita asegurar una buena brotación de la cepa el inicio de la primavera.
Pluviometria acumulada de les darreres primaveres a la Finca Nadal de la Boadella.
Adaptándonos a las sequías
A finales de 2022, y tras las lluvias testimoniales de los últimos otoños, hicimos una valoración del estado de nuestra finca para establecer una nueva manera de trabajar y cultivar las cepas, en las que ya se observaba afectación por la sequía. Aplicar podas más cortas para generar menos producción de uva y otras técnicas para preservar la baja humedad del suelo nos ha permitido llegar a las puertas de la vendimia 2024 con un estado de nuestros viñedos impensable.
Afortunadamente, podemos dar por cerrada la etapa más complicada que hemos vivido en nuestra finca. Sin embargo, somos conscientes de que estas sequías serán cada vez más frecuentes, por lo que los criterios de plantación de los nuevos viñedos serán diferentes a los que hemos mantenido hasta hace poco. Continuaremos apostando por las variedades autóctonas injertadas pero siempre sobre pies muy resistentes a la sequía y en los nuevos diseños de plantación disminuiremos la competencia por el agua entre cepas haciéndolas más fuertes y resistentes.
Todo ello nos permite ser optimistas y afirmar que, con la previsión y gestión óptima de nuestros viñedos, podremos mantener esta viticultura de secano y ecológica, que nos permite reforzar los rasgos organolépticos fundamentales de los espumosos corpinnats y vinos blancos que nacen cada año en la finca Nadal de la Boadella.
